De momento, por su concepto de enfriamiento intensivo y bajo demanda, parece improbable que pueda sustituir a las neveras o a los congeladores, pero el sistema Rapid Cool, bautizado ya como el microondas del frío, se está haciendo famoso en Europa.
Concebido para enfriar bebidas en apenas 45 segundos, la idea original pertenece a una empresa británica, Enviro Cool, aunque el proyecto ha podido llevarse a cabo gracias a la financiación de la Unión Europea.
Concretamente, han aportado un total de 903.000 euros, y la firma española Dymtec también ha participado en el proyecto. La clave del invento es la tecnología patentada V-Tex, que permite agitar la bebida sin que burbujee al abrir el envase.
Un sistema revolucionario
La revolución del sistema es doble. Por una parte, a nivel de usuario, el invento resuelve un problema clásico en los hogares, cuando la bebida está caliente y caben dos opciones: esperar pacientemente a que se enfríe en la nevera o introducirla en el congelador, una acción cuyo resultado, por descuido, a veces termina en explosión.
Por otra, las ventajas energéticas son significativas. El nuevo sistema es un 80% más eficiente que las neveras convencionales y un 54% que los frigoríficos de puertas de cristal. En ese sentido, el ahorro en electricidad en las tiendas donde se venden bebidas supondría una significativa rebaja en la factura de la luz.
Aplicaciones comerciales
Por esa razón, en su primera fase de desarrollo el invento está dirigido a los comercios tradicionales, de tal forma que los vendedores puedan ofrecer a sus clientes bebidas frías en menos de un minuto, sin necesidad de mantenerlas almacenadas en una nevera durante horas.
En ese sentido, se están formalizando acuerdos comerciales con fabricantes de electrodomésticos y distribuidores de bebidas para que la tecnología pueda aplicarse de forma masiva en el mercado europeo.
De hecho, los ingenieros han aplicado una nueva mejora, que consiste en un brazo robótico ideado para que Rapid Cool pueda dispensar de forma automática latas o botellas a los clientes. Previsiblemente, serán los consumidores holandeses los primeros en probar el ingenio, a partir de octubre.
Además, ya se está trabajando en un modelo alternativo del invento, en este caso portátil, en este caso para que llegue a hogares, bares, restaurantes y oficinas. De momento, Rapid Cool puede enfriar desde latas de 150 ml hasta botellas de vino de 750 ml, y los ingenieros también se han planteado que el sistema pueda incorporarse en las neveras de toda la vida como un módulo especial.